 Quema de herejes en
Francia
 Campesinos
trabajando
 El jardín de las
delicias
 Creación de Adán y el
Pecado Original
 Jerusalén
celestial
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Se ha dicho,
con razón, que casi todos los movimientos espirituales de cierta
envergadura de la Plena Edad Medía terminaron plasmándose, bien en
una orden religiosa, bien en una herejía (Grudmann). En realidad
esto es así, porque los puntos de vista tanto ortodoxo como
heterodoxo partían siempre de idéntico presupuesto: el ansia de
retorno al mundo ideal de la primitiva Iglesia. El acuciante
deseo de reforma a
todos los niveles observable en amplias capas de la población, y más
en concreto el elevado dinamizador que representa entre las élites
el modelo de vida y pobreza evangélicas, explican sin duda el
extraordinario auge religioso vivido por Occidente durante los
siglos XI al XIII. Mas estas mismas condiciones favorables lo eran
también para el desarrollo de la herejía, que alcanzó durante esta
época, y por vez primera desde la Antigüedad tardía, dimensiones
tales que llegaron a poner en tela de juicio la viabilidad misma de
la renovación católica. |