El nacimiento del
nacionalsocialismo en su forma definitiva tiene lugar en Febrero de
1920. Lo fundó Hitler con el nombre de Nationalsozialistiche Deutsche
Arbeiter-Partei. Es, pues, un partido de postguerra, a base de
ideales de revancha, exaltación nacionalista y propaganda antisemita.
El éxito entre las masas ha
sido de tal naturaleza, que acontece el hecho inexplicable de que en una
época como la actual, donde la posición económica de las gentes polariza
los ideales políticos, el nacionalsocialismo tenga adeptos entre la alta
burguesía, la pequeña burguesía y el proletariado.
Programa del partido
Copiamos a continuación el
programa inicial, al que cabe adscribir buena parte del triunfo.
Naturalmente, un partido revolucionario como éste posee en alto grado
desarrollada la capacidad oportunista, y no hay que esperar una
fidelidad exagerada a sus artículos.
El programa, tal como se
publicó en München el 24 de febrero de 1920, dice así:
«El programa del partido
nacionalsocialista alemán es temporal. Reside en los jefes la facultad
de trazar al partido nuevos fines, una vez que éstos sean alcanzados.
1.º Pedimos la unión de todos
los alemanes, a base de una democracia del pueblo que haga posible la
gran Alemania.
2.º Exigimos para Alemania los
mismos derechos de que disfrutan los demás pueblos, y, por tanto,
anulación de los Tratados de Versalles y San Germán.
3.º Exigimos campo y
territorios (colonias) para la alimentación de nuestro pueblo y
expansión del exceso de población.
4.º Sólo podrá ser ciudadano
alemán el alemán nativo, racial. Sólo se considerará alemán racial al
que tenga sangre alemana, sin referencia alguna confesional. Ningún
judío puede, por tanto, ser de nuestra raza.
5.º Quien no sea ciudadano
alemán sólo podrá vivir en Alemania a título de huésped y sometido a la
ley que regule la vida de los extranjeros.
6.º El derecho a influir en la
orientación y en las leyes del Estado es privativo del ciudadano. Por
tanto, exigimos que cualquier empleo público, sea el que sea, del
Imperio, ciudad o Municipio, esté desempeñado por ciudadanos alemanes.
7.º Exigimos que el Estado se
comprometa a proporcionar trabajo y medios de subsistencia a los
ciudadanos. Si no fuera posible la alimentación de toda la población
debe expulsarse a los extranjeros.
8.º Debe evitarse la
inmigración de no alemanes. Exigimos que los inmigrados no alemanes
desde el 2 de Agosto de 1914, sean inmediatamente expulsados del país.
9.º Todos los ciudadanos deben
tener los mismos derechos y obligaciones.
10. El primer deber de todo
ciudadano consiste en trabajar, intelectual o físicamente. La actividad
del individuo debe desenvolverse dentro de los intereses de la
colectividad.
Para ello exigimos:
11. Suspensión de los ingresos
que no reconozcan por origen el trabajo. No más explotación y
servidumbre.
12. Teniendo en cuenta los
enormes sacrificios en vidas y dinero que la guerra cuesta al pueblo,
todo enriquecimiento personal debido a la guerra debe considerarse como
un delito contra el pueblo.
13. Queremos la nacionalización
de todos los trust.
14. Exigimos la participación
en las grandes explotaciones.
15. Deseamos protección segura
para la vejez.
16. Deseamos que se forme una
clase media sana; que sean municipalizados inmediatamente todos los
grandes consorcios y alquilados a bajos precios a los pequeños
comerciantes, teniendo sobre todo en cuenta a los industriales que
abastezcan al Estado y a los Municipios.
17. Exigimos una reforma del
régimen agrario que se acomode a las necesidades nacionales; creación de
una ley de expropiación de terrenos en beneficio de la colectividad.
Anulación de la contribución territorial y la especulación de terrenos.
18. Exigimos lucha implacable
contra aquellos que, por su actuación, perturben los intereses de la
colectividad. Pena de muerte para los usureros y explotadores del
pueblo.
19. Pedimos que se sustituya el
Derecho romano por un Derecho colectivo alemán.
20. El Estado proporcionará
medios a todos los alemanes capacitados de lograr una cultura superior y
poder ocupar puestos directivos. Los planes de enseñanza de todos los
establecimientos docentes han de acomodarse a las necesidades de la vida
práctica. La idea del Estado debe explicarse en la escuela a los niños
al tener uso de razón. Los niños pobres capaces y aptos para el estudio
deben ser auxiliados por el Estado.
21. El Estado se ocupará de
modo preferente en la sanidad pública, protegiendo a las madres y niños,
favoreciendo la cultura física del pueblo por medio de leyes que hagan
el deporte y la gimnasia obligatorios y ayudando de un modo decidido a
las sociedades y corporaciones que fomenten el desarrollo físico de la
juventud.
22. Pedimos la desaparición de
las tropas asalariadas, y la formación, en su lugar, de un ejército del
pueblo.
23. Exigimos sea perseguida de
modo implacable por la ley la mentira política intencionada. Y para
posibilitar una Prensa alemana pedimos:
a) Que todos los redactores y
colaboradores de los periódicos que aparezcan en lengua alemana sean
ciudadanos alemanes.
b) Los periódicos no alemanes
han de estar por completo de acuerdo con el Estado. Y no podrán
imprimirse en alemán.
c) Prohibición de que los no
alemanes influyan económicamente o idealmente en los periódicos. La
infracción debe castigarse con la suspensión del periódico y la
expulsión inmediata del interesado.
Debe prohibirse toda
publicación que perjudique el bienestar público. Lucha contra las
tendencias artísticas o literarias que produzcan efectos desintegrales
en la vida de nuestro pueblo.
24. Queremos libertad para toda
clase de creencias religiosas dentro del Estado, siempre que no supongan
un peligro o estén en oposición a las costumbres y moral de la raza
germana.
El partido en sí es
positivamente cristiano, sin puntualizar una creencia determinada.
Luchará contra el espíritu materialista judío, convencido de que la
salvación de nuestro pueblo llegará a base del siguiente principio: el
bien comunal antes que el bien individual.
25. Para la realización de todo
esto, queremos la formación de un Poder central del Estado. Autoridad
del Parlamento político central sobre el resto del Estado y su
organización. Formación de Cámaras corporativas y profesionales para su
actuación dentro del margen que permita el Estado.
Los directores del partido
prometen poner en juego todos los medios que sean precisos, incluso sus
propias vidas, para llegar a la realización de los Puntos anteriormente
expuestos.
München, 24 Febrero 1920.»
El ejército del tercer
imperio
Los nacionalsocialistas han
organizado un ejército numeroso que tiene la doble finalidad de
constituir unas falanges revolucionarias y ser, después del triunfo
interior, el verdadero ejército del pueblo. El que hará posible un
tercer imperio germano. Su organización sigue en todos los detalles al
viejo ejército prusiano.
La unidad más pequeña es el
grupo, de tres a dieciséis hombres. Varios grupos forman la Trupp
(banda, cuadro), que corresponde a la Compañía.
Cuatro o cinco Trupp forman un
Sturm, el cuerpo de asalto, que equivale al Batallón. Otros
tantos Sturm forman el Estandarte, o sea el Regimiento. A cuyo frente
hay un jefe auxiliado por un adjunto. Cada Estandarte tiene,
naturalmente, secciones de música y sanidad. Los Estandartes de una
comarcación se reúnen en un Gausturm, y éstos pueden dividirse en
brigadas.
Existen cinco inspecciones del
ejército, cuyo control corresponde al inspector general de los
ejércitos.
Las fuerzas van rigurosamente
uniformadas y las relaciones entre jefes y subordinados se atienen
siempre a la disciplina militar. Además de los cuerpos normales, hay los
grupos de Schutzstaffeln, que vienen a ser la élite del
partido, de veintitrés a treinta y cinco años, y miden 1'70 metros como
mínimo. Son los S.S. Para entrar en ellos ha de haberse estado un año en
el otro ejército y tres años, por lo menos, en el Partido.
Por el modo como este gran
ejército nacionalsocialista se ha formado, no parece tenga mucha
eficiencia en el caso de una guerra, pero sí, en cambio, para una
movilización revolucionaria. Aun así, los jefes, como se ha visto, no se
determinan al Putsch sin la garantía de que el ejército oficial
permanezca en neutralidad.
Actuación del partido
El partido de Hitler es, desde
luego, un partido popular que moviliza grandes masas. Para ello, agita
las cuestiones sociales con una intrepidez y una precisión notables. Las
dificultades económicas de la postguerra, de un lado, y de otro, las
ideas sentimentales de grandeza y de revancha unidas al odio racial
contra los judíos, han obrado el milagro.
La campaña antijudía había sido
emprendida en Alemania antes del nacionalsocialismo por Rosenberg. Este
hacía sus campañas en Volkische Beobachter (El observador
popular). En 1920 compraron este periódico los nacionalsocialistas,
convirtiéndolo en órgano del partido, y además Hitler encontró en
Rosenberg un valioso e íntimo colaborador. El arquitecto Rosenberg es el
gran optimista del partido, y dispone de una fantasía demagógica
eficacísima.
El nacionalsocialismo dispone
relativamente de pocos periódicos. En 1930 se publicaban doce diarios,
treinta y cuatro revistas semanales y un periódico ilustrado. Estas
cifras son irrisorias si se comparan con los 170 diarios de que disponen
los socialdemócratas. El de más circulación y autoridad es el antes
citado, Volkische Beobachter.
Las fuerzas de Hitler, si
tienen pocos periódicos, realizan, en cambio, una propaganda directa, de
mitin, no igualada por nadie. Desde Hitler –que es un magnífico y genial
orador– hasta el último nacionalsocialista, todos muestran gran
preferencia por los mítines populares. Estos actos aparecen incluso como
uno de los capítulos más importantes de ingresos del partido. Las
entradas valen desde 0'50 hasta 2 marcos. Y en alguna ocasión, hablando
Hitler, se han llegado a pagar hasta 10 marcos.
La actuación de los
nacionalsocialistas es revolucionaria. Tienden a una estructura del
Estado radicalmente distinta de la actual. Mejor dicho, a la edificación
del Estado alemán. Bien es cierto que en los últimos meses los jefes
afirman una actuación legal, y sobre esto deben tenerse en cuenta unas
frases del doctor Goebbels, escritas en Dar Angriff el 18 de
Febrero de 1929: «Un revolucionario debe hacerlo todo... Empero, tendrá
sumo cuidado en que al desencadenar pasiones volcánicas, despertar
cóleras, poner en marcha masas de hombres, organizar odios y
desesperaciones, lo efectúe con frío cálculo, un poco, por decirlo así,
con medios legales; proponerse esto es lo que distingue al auténtico
revolucionario del falso.»
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Hitler ante las
banderas de sus milicias |
Normas para la estructura
del Estado
Las líneas generales del
hitlerianismo para la elaboración del Estado siguen la actual tendencia
postliberal. Tienden a la eficacia, y reclaman la desaparición de las
instituciones fracasadas. La organización interna del partido y el tono
de las arengas indican clarísimamente una preferencia por el régimen de
dictadura. En las propagandas de Hitler hay un notorio afán por exaltar
las decisiones de la personalidad responsable. Frente a las decisiones
de las mayorías, la decisión personal de un hombre. Del Dictador.
Forma de gobierno. Son
totalmente indiferentes a la forma republicana o monárquica, aunque el
hecho de actuar frente al régimen actual y la necesidad de combatirlo
les haya hecho parecer antirrepublicanos algún tiempo. En aquellos de su
contacto con Huggenberg.
A este efecto, dice Hitler: «La
mejor forma del Estado será aquella que de modo más seguro dé
significación rectora a la cabeza más sobresaliente de la comunidad.»
Y dice también Goebbels: «El
Estado será nuestro Estado, y lo configuraremos según nuestros
principios.»
El nacionalsocialismo tiende a
la supresión del Parlamento político. En su lugar, la creación de un
organismo –Standeparlaments–, con finalidad exclusivamente
económica. Una asamblea corporativa o de profesiones.
Además, un Senado compuesto de
200 personalidades –la élite del pueblo– vitalicias para auxiliar
al Dictador.
En cuanto al carácter
federativo o unitario del Estado, debe tenerse en cuenta el punto 25 del
programa. Ahora bien: no ha de olvidarse que el nacionalsocialismo
tiende a la integración del imperio germano. A constituir por vía
natural la Gran Alemania. Para lo cual se desea y se pide la completa
libertad de los pueblos.
Programa social y económico
Es uno de los sectores más
confusos del nacionalsocialismo. Ha influido, desde luego, su actitud en
el desarrollo de la crisis económica alemana de postguerra. Desde la
inflación hasta los compromisos internacionales últimos; por ejemplo, el
plan Young. En su programa económico hay una mezcla de influencias
marxistas y de oportunismo sentimental. Todo ello indudablemente bien
trabado en unidad orgánica, pues los nacionalsocialistas saben muy bien
lo que quieren y cómo lo quieren.
Hay, en primer lugar, una
preocupación contra el capital financiero internacional, que
contrarrestan valiéndose de su nacionalismo económico. Aquí debemos
hablar del Zinsknechtschaft, gran concepto del economista Feder,
voz especializada del nacionalsocialismo. Feder da a ese concepto el de
ser la clave de una situación económica de un pueblo que está libre del
influjo nefasto de la alta banca judía.
Para ello, se recluyen en la
economía del Estado, confiriéndole la posibilidad que niegan a las
economías privadas: Geld machen. Hacer dinero.
En cuanto al problema agrario,
van a la expropiación de las tierras, buscando la máxima eficiencia en
la explotación.
Los hombres del
nacionalsocialismo
En primer lugar, Hitler. Es su
artífice innegable. Su energía y sus propagandas han dado al partido
eficacia y cohesión. Nació en 1889, y tiene, por tanto, cuarenta y un
años. Está, pues, en su plenitud física y tiene la adhesión ciega de sus
partidarios. Es de padre austríaco y madre checa. Intervino en la guerra
europea en los ejércitos alemanes y posee amplia capacidad de
organizador. Es un orador sobresaliente y preciso que triunfa ante el
pueblo de un modo rotundo. Si estuviese en el Reichstag, no cabe
presumir hasta dónde llegaría la eficacia de sus intervenciones.
Otro hombre del
nacionalsocialismo es Goebbels, el Doctor. Jefe del grupo parlamentario
en el Reichstag. Goebbels organizó triunfalmente en Berlín el
nacionalsocialismo. Es hombre de increíble juventud, treinta años, de
oratoria simpática, que lleva a las campañas agitadoras su perfil
preciso de doctor joven en humanidades. Contaba diez y siete años al
terminar la guerra, y estaba ya movilizado, sin que tuviera luego que ir
al frente. En 1926 fundó en Berlín el primer Comité del partido con 400
miembros. Hombre frío y sistemático, pueden suponérsele ambiciones
hondas. Ya se habla de posibles –creemos que imposibles– rivalidades con
Hitler.
Por fin, se habla y no se
termina de los orígenes financieros del nacionalsocialismo. Preferimos
no hablar de esto, aunque lo hagamos en otra ocasión, pues los datos y
las cifras circulan.
R.L.R.