CLEMENTE VII
 
1523-1534 d.C.


 
   Julio de Médicis era primo de León X, y había sido su secretario. Pensó desde el principio mantenerse neutral entre el emperador y el rey de Francia, pero carecía de la habilidad diplomática necesaria para un juego tan sutil. La entrada victoriosa de los franceses en Milán, en 1524, le decidió a aliarse con Francisco, lo que atrajo la furia de Carlos, que le escribió: "Iré un día a Italia para vengarme. Hoy o mañana, Martín Lutero será quizás para mí un hombre precioso". Pronto habrían de cumplirse estas terribles palabras.

   El 24 de febrero de 1525, Carlos V vencía a los franceses en Pavía, y el rey Francisco, prisionero, era llevado a Madrid. Para evitar la entrada de los vencedores en Roma, el Papa tuvo que pagar una enorme suma a Carlos V. Los turcos avanzaban hacia el corazón de Europa, la guerra social ensangrentaba a Alemania. El Papa se decidió a firmar un tratado de alianza con el emperador, reconociendo a Francisco Sforza como duque de Milán. Un error de Carlos provocó los desastres que se abatieron poco después sobre Europa y sobre Roma.

   Obligó al prisionero a firmar el Tratado de Madrid (14 de enero de 1526), con el que Francia perdía todo y se transformaba en una potencia de segunda importancia. Era evidente que Francisco, una vez firmado el tratado y de regreso en su país, no iba a respetar su palabra.  Una coalicion general se formó bajo el nombre de Santa Liga de Cognac, donde fue firmada la alianza entre el Papa, el rey Francisco, Venecia y Milán. El 29 de agosto de 1526 los turcos vencieron a los húngaros en Moach y días después conquistaban Budapest. El 20 de septiembre las tropas de los Colonna, aliados del emperador, entraron en Roma y saquearon algunas Iglesias.

   Los imperiales avanzaban en Italia. Maquiavelo fue enviado como embajador ante las tropas de la Liga, mientras otro historiador florentino, Guicciardini, era nombrado teniente general de los estados pontificios y del ejército papal. Cuando la situación parecía insegura y los dos ejércitos equilibrados por la misma falta de decisión y de dinero, la intervención de Jorge de Frundsberg había tomado dinero en préstamo, había armado a unos diez mil jóvenes protestantes y les había prometido la riqueza y la venganza, ofreciéndoles Roma como botín. Matar al Papa y saquear la capital del catolicismo, era para aquellos fanáticos el ideal supremo.

   En febrero de 1527, el ejército imperial y el de Frundsberg realizaron su fusión y 20,000 hombres marcharon sobre Roma. Alemanes, españoles e italianos atacaron la Ciudad Eterna el 6 de mayo, y sólo lograron vencer la resistencia de los asediados después de tres ataques sucesivos. El combate continuó en las calles. Los guardias suizos resistieron hasta el último hombre. El Papa se refugió en Sant'Angelo mientras los lansquenetes y sus aliados mataban y saqueaban. Doce mil romanos perecieron en aquel tremendo saqueo. La soldadesca se instaló con sus caballos en la Capilla Sixtina y en las estancia de Rafael. Después de un mes de desesperada resistencia, el castillo de Sant'Angelo cayó también, y el Papa Clemente fue hecho prisionero.

   La peste y el hambre diezmaban a los invasores. En el castillo de Sant'Angelo, el escultor Benvenuto Cellini fundía los tesoros del Papa con el fin de reunir suficiente dinero para que el Pontífice pudiese pagar las indemnizaciones de guerra. Tierras papales y muchos tesoros artísticos perecieron en aquella hoguera. El Papa fue liberado en noviembre de 1527 y se refugió en Orvieto. La paz fue firmada el 29 de junio de 1529, en Barcelona, entre los plenipotenciarios pontificios e imperiales, mientras concluían también una alianza contra los infieles. El 5 de agosto, en Cambrai, Carlos V y Francisco I firmaban la paz a su vez. Borgoña volvía a pertenecer a la corona francesa.

    El 24 de febrero de 1530, Clemente coronaba a Carlos en Bolonia. Los Médicis volvieron al poder en Florencia. Acontecimientos importantes marcan el fin del pontificado de Clemente VII. La conferencia de Marburgo, entre lteranos y discípulos de Zwinglio (1529), no logró realizar la unión entre los dos partidos reformistas. Felipe de Hesse, convertido por Zwinglio, pensaba formar un imperio evangélico, apoyado por los franceses y los turcos. Una nueva dieta fue convocada por el emperador en Augsburgo el 8 de abril de 1530, que no dio ningún resultado, ya que Felipe de Hessen abandonó la ciudad, mientras el emperador firmaba un tratado defensivo con los demás estados católicos. Al año siguiente, los príncipes protestantes formaron la liga de Smalcalda, a la que se adhirieron Francia, Ingleterra, Dinamarca y los duques de Baviera, con el fin de proteger la libertad de Alemania contra el emperador.

   En 1532, asustado por los éxitos de los turcos, que habían asediado Viena, el emperador convocó una dieta en Ratisbona. Una paz religiosa fue firmada en Nuremberg entre católicos y protestantes; un armisticio, mejor dicho, que no impidió la difusión de la reforma en Wurtemberg y la formación de un "reinado de Sión" por los anabaptistas de Munster. El luteranismo se expandía en Europa. Muchos príncipes cristianos pensaban apoyarse en los turcos, para sacudir el yugo imperial, sin darse cuenta de las consecuencias catastróficas de su política de concesiones ante los infieles.

   La diplomacia francesa conseguía un éxito importante al realizarse, en Niza, la boda de Enrique, duque de Orleáns, futuro rey de Francia, con Catalina de Médicis, sobrina del Papa. Francisco y Clemente se encontraron en Niza, donde se planteó el problema de la reconciliación entre el emperador y el rey. Un nuevo Concilio tenía que ser reunido, pero las exigencias de los príncipes alemanes, cada vez más sometidos a Lutero, hicieron fracasar las negociaciones.

   Otra revolución religiosa acababa de estallar en Inglaterra, donde el rey Enrique VIII rompió con Roma, debido a la oposición que la Iglesia formulaba contra el divorcio del rey. Enamorado de una dama de la corte, Ana Bolena, Enrique pretendía casarse con ella. Después de seis años de inútiles discusiones, el rey se hizo proclamar, a través de un consejo del clero, jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. En 1532 el Parlamento reconoció a Enrique VIII como legislador supremo en materia religiosa en lo que a la Iglesia de Inglaterra se refería.

   El cisma tomó carácter oficial cuando, el 23 de marzo de 1533, el Papa Clemente VII declaró válido el matrimonio de Enrique con su primera mujer y excomulgó al rey y a Ana Bolena. Después de casarse con Ana, Enrique se casó otras cinco veces y sus esposas perecieron a manos del verdugo. Esta revolución religiosa, provocada por el temperamento sensual del rey, acabó en desfavor del pueblo, igual que en Alemania. El clero católico fue despojado de sus bienes, pero la miseria general fue creciendo, ya que las riquezas confiscadas aumentaron el patrimonio de la aristocracia, mientras el pueblo seguía en la pobreza.

   Lo mismo sucedió en los países escandinavos. Las monarquías, al mismo tiempo, evolucionaban hacia el absolutismo. La Iglesia se volvía instrumento del poder temporal y Roma dejaba de controlar a los soberanos protestantes. El estado tomaba cada vez más la forma del Leviatán moderno, tal como Hobbes iba a describirlo. En Suiza los católicos vencieron a Zwinglio en la batalla de Nappel (1531), pero la Reforma siguió su camino.

   Clemente VII murió en medio de una verdadera descomposición del poder espiritual de la Iglesia romana. De carácter vacilante y débil. Clemente no supo contrarrestar los avances del protestantismo, forma racial de la espiritualidad alemana que pronto conquistó a casi todos los pueblos del norte de Europa. Sin embargo, otro imperio espiritual estaba a punto de abrir sus puertas ante Roma, y era el continente americano, donde Clemente supo fomentar la obra y las misiones, ganando millones de almas para la Iglesia. Varias Órdenes fueron creadas bajo su pontificado, como la "Compañía del Amor Divino", fundada en 1517; la de la "Cofraternidad de la Caridad", fundada por el mismo Julio de Médicis en 1519; la de los "Capuchinos", rama franciscana fundada por Matías de Bascio.

   En fin, el día de la Asunción de 1534, Ignacio de Loyola revelaba a un pequeño grupo de amigos, en la colina de Montmartre, de París, su intención de formar un ejército espiritual destinado a defender el patrimonio de Cristo. Nacía así la famosa "Compañía de Jesús" que tanto habrá de luchar en nombre de la Iglesia y de su ortodoxia en todas las partes del mundo. Un viento nuevo se había levantado y, en medio de las derrotas aparentes, la Iglesia estaba resucitando, preparándose para otro periodo de vida.

   Fiel a su origen florentino y mediceo, Clemente VII amó las artes. Hizo importantes encargos a Miguel Angel, que esculpió las tumbas de los dos Médicis en Florencia y construyó la Biblioteca Laurenziana. Sebastiano del Piombo pintó el retrato del Papa. Bajo su pontificado fueron publicadas obras de inmensa importancia, características del Renacimiento, como la historia de Florencia, de Maquiavelo, que el autor dedicó a Clemente VII. Benvenuto Cellini, que dio al arte de la orfebrería un brillo desconocido hasta entonces, trabajó para el Papa y escribió uno de los libros más famosos y típicos de la época, su Autobiografía que Goethe tradujo más tarde al alemán.

   La Autobiografía de Cellini refleja las costumbres, las ideas, la historia cotidiana de su tiempo, y sabe poner de relieve el carácter netamente individualista de sus contemporáneos. Cellini es tabién autor de El Perseo, considerada como una las estatuas más perfectas de todos los tiempos, hoy en la Loggia dei Lanzi, de Florencia.